Una atmósfera calidad
envuelve esta casa ubicada a las afueras de Cali (Colombia), en el predio de 14.000
metros cuadrados la imagen en el horizonte de los farallones fue el click que abrió
la imaginación de los arquitectos. Esta casa de campo ubicada en el Valle
del Cauca, conserva la impronta del estilo tradicional.
De ahí el trazado del
típico sendero de acceso de piedra que culmina en la rotonda con una fuente en
el centro, así como los techos altos con vigas a la vista. La piscina central y
el corredor abierto que desemboca en la sala y el comedor constituyen, junto
con la terraza, un solo ámbito donde trascurre la vida de la casa.
El hogar de
1.100 metros cuadrados está siembre abierto al paisaje gracias a la puerta ventana
y a su arquitectura limpia, de pocos elementos.
Las cuatro
habitaciones del primer piso, donde hay dos estaderos y una biblioteca, también
gozan de la abundancia de luz y brisa de la tierra caliente que entra por sus
amplios balcones de madera. El segundo nivel cuenta con la alcoba principal, el
baño y el vestier. Ambas plantas están vinculadas por una escalera volada, de
estructura metálica y enchapada en madera, abrazada por una enredadera.
Por tratarse de “una
casa autóctona”, se quiso usar materiales propios de la región, como el mármol
crema Valle, dispuesto en cocinas y corredores, y la madera: mangle en las
columnas, chanul en los techos, cedro en persianas y puertas, y nato en sala,
comedor y alcobas.
Ese color local también corre por cuenta de las
plantas sembradas en los jardines, de especies que abundan en el Valle del
Cauca, de la carpintería trabajada a mano por artesanos de los alrededores, y
del anjeo en los muebles de la cocina que contribuye a mantener la frescura de
los mismos, contrarrestando la humedad de un paraje como Pance.
El mármol anticado, muros
lisos pintados sobre pañete y la madera tratada con laca en poro abierto, que
deja apreciar plenamente la veta, son algunos detalles que le confieren al
conjunto una atmósfera de cierta rusticidad.
La permanente
ventilación natural que frece la acequia que recorre el predio a evitado la
instalación de aire acondicionado.
En la luz del día, la
madera, el blanco de la mampostería y el
entorno vegetal exaltan la naturalidad
del conjunto.
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